Gracias a los festejos por el bicentenario, el finde pasado me pude poner al día con esa otra pasión que comparto con uno de mis amigos: los videojuegos.

En esta oportunidad, tuve el placer de jugar (no jugar, porque en ningún momento tomé el control, pero participaba activamente) uno de los títulos más impresionantes que tiene esta última generación, exclusividad para PS3, Uncharted 2: Among thieves.

Para los que no tengan idea, este juego fue creado por uno de los estudios que tiene la propia Sony. Por esta razón, el juego explota casi todo el poder de la consola, con unos gráficos dignos de película animada, sumado un guión de una peli al estilo Indiana Jones, nos encontramos con un juego excepcional por dónde se lo mire.

A pesar de haberlo agarrado empezado, fue un enamoramiento a primera vista, de esos que generan pocos juegos (Castlevania: Symphony of the Night, Final Fantasy Tactics, Odin’s Sphere o Shadow of the Colossus). Por suerte, y para poder aprovechar el 100% del juego, lo disfrutamos en un buen LCD con conexión HDMI, para no perdernos ningún detalle.

Y después de reflexionar un poco, y rememorar todos aquellos videojuegos que a uno lo marcan, me pongo a pensar, ¿cuánto más tiene para dar la PS3? Si bien el God of War 3, tiene unos gráficos bestiales, según comentan las malas lenguas, aún le queda mucho por exprimir a la consola. Tengan en cuenta lo siguiente: la PS2 salió cerca del año 2000 y no fue hasta el 2008, con el God of War 2, que se pudo exprimir su capacidad al 100%.

Retomando, luego de 3 años de desarrollo, ¿se puede decir que se ha alcanzado un tope en el desarrollo para esta consola? Después de probar estas exclusividades de Sony, lo único que espero es que no. Espero poder disfrutar de muchos más Uncharted 2 antes de que salga PS4.