Realmente, como fanático de la tecnología no podía dejar pasar este momento para dedicarle unas líneas a quien, a mi entender, fue uno de los inventores más grande de nuestro tiempo.
Después de tanto luchar con esa maldita enfermedad (que tan bien conocemos) un día el tío Jobs dijo basta. Fue un 5 de octubre de 2011, un día después de la presentación del que sería su último “hijo”, el iPhone 4S.
El sentimiento que más fuerte se hizo en mi fue la tristeza. Esa tristeza de saber que se fue alguien importante, trascendental para el mundo, no sólo de la tecnología. Steve Jobs cambió los paradigmas del mundo tecnológico, haciéndolo más y más accesible para que cualquiera pudiera utilizar un equipo sin tener conocimientos sobre el mismo.
Reconozco no ser un fan de Apple, es más mi primera aproximación fue hace 2 años con un iPod touch de mi querido amigo Fernando. Pero desde ese momento no pude dejar de fantasear con tener uno de estos productos en la mano. Y ya se cumple un año desde mi adquisición del iPhone 4, y la verdad es que no tengo más que palabras de elogio para con este dispositivo.
Y acá es donde creo que el señor Jobs revolucionó la cosa. Allá por el 2007, cuando anunció por primera vez el iPhone, hizo que todos los fabricantes adoptaran ese concepto de teléfono táctil, Y lo mismo sucedió cuando introdujo el iPad. El segmento de los Tablets había sido un fracaso y nuestro amigo le encontró la vuelta de tuerca para acercárselo al mundo. Él supo ver donde los demás no pudieron, convirtiendo lo difícil en fácil.
Salvando las distancias, creo que ayer perdimos al “Leonardo Da Vinci” de nuestra época. Un visionario, un revolucionario y por sobre todo un INVENTOR que cambió la manera de ver al mundo. Y sino fíjense la importancia que tuvo la noticia alrededor del mundo. Presidentes, artistas, empresarios, deportistas y millones de personas mostrando su tristeza por este personaje.
Y miren que loco esto: la manera en que me enteré que Steve nos dejaba fue a través de uno de sus productos.
Qué en paz descanses.